El carrusel de la limpieza puede ser la parte menos favorita de la vida cotidiana para muchos mamás y papás. ¿Y quién puede culparlos? Puede volverse tedioso incluso si sabes cómo dividir las tareas del hogar entre tus seres queridos.
Los padres tienen que recoger después de sus hijos casi 1,500 veces al año, según un nuevo estudio. El 92% de los padres en el mismo estudio describen a su hijo como desordenado y desorganizado.
¿Te suena familiar?
Seamos honestos: los niños hacen un desastre. Posiblemente la subestimación del milenio. No hay forma de evitarlo, sin embargo. Los amamos con locura, pero vaya que pueden crear un caos total en poco tiempo y con muchos juguetes y accesorios. Los niños pueden acumular más desorden que un festival de música de verano en un campo.
El desorden puede ser estresante para los padres y cuidadores, ya que puede obstaculizar sus planes para el día y simplemente puede frustrarlo porque anhela un poco más de orden y ley en el día... y en su casa. Y además, los niños generalmente le dan un mal rato cuando se trata de recoger por sí mismos.
¿Cómo puede beneficiar a un niño el orden?
El desorden no siempre tiene que verse de manera negativa, puede representar una mente muy imaginativa y creativa de los niños. La forma en que un niño juega puede darnos una idea de su personalidad; también puede ser utilizado como una forma de expresión y comunicación.
Sin embargo, llega un momento en que se requiere un poco de disciplina para mantener a los niños dentro de los límites de comportamiento, y el desorden inaceptable puede necesitar ser controlado y ordenado. También puede ayudar a establecer o restablecer una comunicación fuerte entre padre e hijo.
Si eres uno de esos padres que creen en crear un fuerte vínculo entre tú y tu hijo, mientras ayudas a tus hijos a desarrollarse como miembros independientes y positivos de la sociedad, entonces te sugiero que revises este artículo sobre crianza positiva.
Los padres tienen que recoger después de sus hijos casi 1,500 veces al año, según un nuevo estudio.
Entonces, ¿cómo podemos motivar a nuestros hijos a que ordenen después de sí mismos?
Mmm. Bueno, esto no es fácil. Pero tampoco es demasiado complejo. Con un poco de creatividad, buena comunicación y sobre todo, paciencia, puedes hacer que los niños limpien su habitación al nivel de una suite presidencial de un hotel de 5 estrellas... ok, no exactamente. Puede que haya demasiadas piezas de Lego perdidas para llegar tan lejos. Pero una habitación limpia se puede lograr de manera regular con la actitud correcta.
1. Considera su edad.
Para los más pequeños hasta la edad preescolar, utiliza palabras claras y oraciones simples para ver en qué etapa de comprensión se encuentran. Sé específico en tus solicitudes. Evita ladrar y gritarles. Esto pronto se vuelve frustrante para ti y desprende negatividad desde el punto de vista del niño. Esperar que los más jóvenes limpien su desorden con instrucciones simples puede no ser suficiente para algunos; quizás deberías ponerte a su nivel ofreciéndoles una mano amiga. Esto les mostrará el camino desde un modelo a seguir como tú. Aumentará el vínculo entre ambos.
Para los niños mayores, escribe una lista de cómo te gustaría que estuviera la habitación ordenada, o mejor aún, dales un poco de control pidiéndoles que escriban qué juguetes han ordenado y dónde los han puesto. Nuevamente, trata de evitar frases como "¡Limpia tu habitación!" Esto no es muy útil y puede escalar en una discusión a gran escala. Simplemente dales un poco de dirección: recuérdales dónde van las cosas y la importancia de mantener el desorden que crean bajo control. RECUERDA, EL DESORDEN ESTÁ BIEN.
2. Ofrecer tareas apropiadas para la edad.
¿Quién dijo que las tareas del hogar tienen que ser tediosas? Estas pueden ser divertidas si sientes que esto aumentará su motivación. Para los más jóvenes, quizás dales una tarea simple para el día. Tal vez poner sus ositos de peluche favoritos en un área específica. Para los mayores, más obstinados, dales una lista de requisitos de orden. Haz que los marquen una vez completados. Confía en que completen las tareas, y si no lo hacen, no serán recompensados.
Lo que lleva perfectamente a mi siguiente punto.
3. Ofrecer incentivos pero castigar el incumplimiento.
El comportamiento funciona en ambas direcciones y es vital que podamos ser consistentes cuando se trata del desarrollo del comportamiento de un niño. Si un niño ha ordenado su habitación o área de destrucción, ofrece una recompensa - quizás un poco de tiempo frente a la pantalla o algo similar. La soborno con comida es una opción fácil de ofrecer y todos somos culpables de ello en ocasiones, pero ofrecer comida o restringirla debido a un comportamiento positivo o negativo no es ideal. Sin embargo, es importante castigar la falta de cumplimiento. Quita un juguete favorito. Ten una charla firme con ellos y anímalos a que en la vida a veces debemos hacer cosas que no nos gustan hacer.
4. Convierte la limpieza en un juego.
Haz que ordenar sea divertido. Ten un cronómetro listo y hazlo una carrera para ver quién puede limpiar más rápido. Crea un poco de competitividad entre hermanos replicando esta idea entre ellos. Tal vez usa temporizadores de huevo para darles una sensación de tiempo. Sé creativo, dales el control para poder ordenar sus juegos de mesa en forma de una torre Jenga, o para poner todos los bloques de construcción un solo lugar. Divide la habitación en cestas. Permíteles elegir qué juguetes van en qué cesta. A los niños les encanta tener control.
Además, solo un recordatorio para no ser demasiado duro contigo mismo si constantemente tropiezas con crayones y resbalas sobre papel tissue, esto está bien. Una habitación desordenada no es el fin del mundo. Ordenar es solo una forma simple de introducir un poco de disciplina y la capacidad de seguir instrucciones en la preparación para el 'mundo real' de la preescolar, la escuela secundaria - o donde sea que estén.
Sobre todo, intenta mantener la paciencia - más fácil decirlo que hacerlo, lo sé.
¡Buena suerte!